Deja de rayarte con el peso. Aquí tienes 4 cosas más importantes si quieres verte bien de verdad:

Semana perfecta: entrenas como un animal, comes lo que toca, no te saltas nada… te subes a la báscula y…

PUM: 300 gramos más.

Miras al cielo, buscas una explicación cósmica, sospechas del brócoli y consideras empezar ayuno intermitente por castigo divino.

No, no estás fallando tu… ¡Está fallando tu enfoque!

Vamos a poner orden a esto.

Aquí tienes 4 cosas que importan más que el peso si estás perdiendo grasa y no quieres perder la cabeza:

Las fotos (sí, esas que odias hacer)

La báscula no ve lo que tú ves en el espejo. Y tu cabeza tampoco, porque te sabotea con mil filtros mentales.

Las fotos bien hechas (misma luz, mismo día, mismo ángulo) te cuentan la verdad. A veces te estás afinando brutalmente, pero como no lo “marca” la báscula, ni te enteras.

Las medidas (esa cinta que no miente)

Un centímetro menos de cintura y uno más en glúteo vale más que bajar 2 kilos y parecer un globo desinflado.

La cinta métrica es la amiga objetiva que no te hace gaslighting como tu báscula.

El rendimiento (spoiler: sudar no es progresar)

¿Subes cargas? ¿Haces más repeticiones? ¿Te notas más fuerte y estable? Eso es que tu músculo se queda y la grasa empieza a ceder.

Si rindes más, vas por el buen camino. No hay definición estética sin mantener fuerza.

Digestión y energía (el termómetro oculto)

Si digieres mejor, duermes mejor, y no necesitas 3 cafés para existir, vas bien.

Tu cuerpo está respondiendo: menos inflamado, más funcional. Eso también es quemar grasa, aunque no pese menos.

En resumen:

No estás aquí solo para ver bajar un número. Estás para verte fuerte, definido y sentirte bien.

Y eso va más allá de lo que diga la báscula a las 7 de la mañana mientras aún estás medio dormido y deshidratado.

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